REMEDIO PARA LOS PROPÓSITOS DE AÑO FALLIDOS

Por: Guillermo Barquet / Especialista en rehabilitación física, control de estrés y
optimización integral.
Insta: @guillermobarquet


Si pudieses tomarte un minuto y enumerar la cantidad de propósitos de año nuevo
que te has hecho, ¿cuántos de ellos has cumplido? ¿Son los mismos cada vez? O
¿hay algunos diferentes? ¿Crees que las metas han cambiado conforme tú lo has
hecho? Estas y otras tantas preguntas me invaden del por qué nos empecinamos
en crear una idea impactante en base a una meta. A lo mejor ni siquiera tenemos
ganas de cambiar y lo hacemos porque todo mundo lo hace, ¿no crees? Leemos
en las redes o escuchamos en la radio, a nuestra familia o nuestra pareja decir
que desean ser alguien mejor y esperarán el cambio de año para comenzar esa
nueva aventura. Y la verdad no sé si sea nueva la aventura porque, ¿cuántas
veces te has dicho que vas a hacer ejercicio y no lo haces? O ¿cuántas veces te
has prometido hablarle a tu familiar con el cual estás molesto y se te olvida?


No te imaginas la cantidad de pacientes que he visto que su principal problema es
la procrastinación. Esto no es más que saber que se debe hacer algo, pero no se
hace por flojera, por falta de tiempo, de dinero o de capacidades. Les explico,
palabras más palabras menos, que el cerebro busca maneras de no trabajar.
Escúchate con atención cuántas veces en el día te dices una frase que empieza
con “debo de”, “tengo que” o “voy a”. Son órdenes subconscientes al cerebro de
que busque maneras de no hacer lo que necesitas. Cuando te caches hablándote
así, cancela el pensamiento y empieza con “estoy en proceso de”, “mañana
empiezo con” o incluso lo puedes tomar como algo ya hecho, decir en voz alta “yo
voy regularmente al gimnasio”, “yo como sanamente todos los días”, “yo siempre
encuentro maneras de arreglar lo que la vida me ponga”. Busca alguna frase
positiva que se adecúe a tu lenguaje para que te sientas cómodo.
A mi manera de verlo no tenemos por qué esperar a que algo trascendental como
el año nuevo llegue a nuestras vidas para hacernos cambiar. En mi consulta son
comunes las personas que llegan en un estado de mortificación por su futuro o
depresivo por su pasado. Y solo nos queda aprender a vivir el hoy. Un bloque de
tiempo funcional que les ayude a ver el pasado como un recuerdo y el futuro como
una idea. Este tiempo de vida que nos da el día de hoy nos ayuda a aceptarnos
con nuestras capacidades y limitaciones. No deberíamos esperar a cumplir años o
a brincar el año o a tener alguna razón para crear un nuevo hábito o dejar uno que
ya tenemos arraigado.


Si realmente deseas utilizar el año nuevo como ese despertar de conciencia al
cual estamos acostumbrados, te invito a que hagas metas pequeñas que sean
realmente alcanzables. La mayoría de los propósitos, aunque tienen una buena
intención, se olvidan por completo para mediados de febrero. Necesitamos 21 días para crear un hábito y 90 días para desarrollar un estilo de vida, así que piensa en claro, en corto y conciso uno o dos hábitos que puedas crear y mantener que sean fáciles de llevar y que no te cuesten la vida tratando de alcanzarlos.


¡Estoy seguro que con una batalla pequeña que ganes, todas las demás serán
más sencillas!

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