Por: Diana Cecylia Rodríguez G. / Asesora de seguros
Insta: @cecylia.rdz
Al iniciar un año es muy común que nos pongamos metas y, conforme van
transcurriendo los meses, nos sentimos frustrados por no lograrlas o ver que no
dimos nuestro 100%.
Nos preguntamos qué pasó, qué falló, si nos faltó motivación o fue porque
surgieron otras prioridades en el camino que nos desenfocaron, etc.
Me ha pasado esto y me doy cuenta que buscaba cambios radicales, que en
ocasiones las acciones para lograrlo eran complicado sostenerlas.
Por ejemplo, el año pasado me decidí a retomar mi plan de entrenamiento en el
gimnasio que había suspendido 3 años atrás con la pandemia y desde el primer
día quise volver como si solo hubiera pasado un día de no haberlo hecho. Mi cuerpo se agotó en una semana y mi mente puso una y otra excusa para dejarlo. De la misma manera nos puede ocurrir con las dietas, las estrategias para empezar a ahorrar, con el dejar algún hábito que nos perjudica o con cualquier otra meta no alcanzada. Y la pregunta es, ¿cómo sí lograrlo esta vez?
Me di cuenta que si hacía pequeños cambios de forma consistente y me lo
celebraba como un logro, todo se volvía más simple. Inicié con un plan de entrenamiento de Pilates que me pareció muy amigable a mi condición física actual, opté por consumir más agua, descansar más y me di cuenta que sin un gran esfuerzo, pero sí con compromiso y constancia, pude ver resultados muy significativos en mi salud a corto plazo.
Entonces, ¿por qué ese principio no aplicarlo a cualquier otra meta?
En el trabajo que realizo como asesora de planes de inversión y de protección a
través de seguros, hacemos una revisión de las necesidades que nuestros clientes
quieren cubrir y de las metas a lograr en algún proyecto de vida.
Te comparto algunas recomendaciones que han ayudado a tener resultados de
éxito:
- La meta debe ser alcanzable en cuanto a tiempo y presupuesto.
- Se debe tener claro el objetivo a lograr.
- El objetivo debe ser lo suficientemente motivante para llevarnos a una acción y
sostenerla en el tiempo acordado.
Lo más importante en cualquier avance es dar el primer paso, ya que todo gran
cambio tiene un punto de partida.
¡Te invito a que pongas en acción ese primer paso!