Para Claudia Villarreal, el diseño de interiores es más que una profesión: es una pasión que ha cultivado desde su infancia. Con más de 15 años de experiencia, ha logrado consolidarse en el mundo de la decoración, mediante su empresa VIBO, combinando creatividad, funcionalidad y un profundo respeto por la esencia de cada espacio.
“El gusto por la decoración lo heredé de mi madre. Desde pequeña, me fascinaban los detalles que hacen de un lugar algo especial. Siempre he sentido un interés genuino por el arte, la pintura y las manualidades, y eso me llevó a buscar una forma de embellecer y alegrar los espacios”, comparte con nosotros.
Su trayectoria comenzó con la venta e instalación de persianas, pero la confianza de sus clientes la llevó a explorar su faceta creativa en el diseño de interiores. “Tomé cursos, diplomados y me rodeé de profesionales como arquitectos, carpinteros y casas de decoración. Así fui perfeccionando mi técnica y ampliando mis servicios”.
Claudia destaca que su prioridad es entender las necesidades de cada cliente, respetando sus gustos y presupuesto para lograr proyectos armoniosos y funcionales.
“Me emociona ver cómo un espacio puede transformarse y reflejar la personalidad de quienes lo habitan. Mi objetivo es crear ambientes cálidos y acogedores, donde las personas se sientan realmente en casa”.
Para ella, el éxito se basa en la pasión por su trabajo y el apoyo incondicional de su familia. “La vida es una, y hay que saber disfrutarla y embellecerla lo mejor posible”, concluye.
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